Las vacunas, al igual que los medicamentos, son preparados biológicos o microorganismos atenuados o muertos, que pueden generar efectos secundarios, que afortunadamente en la mayoría de los casos son insignificantes o poco sintomáticos.
La función de la vacuna es generar inmunidad ante la enfermedad generando anticuerpos que ayudarán a atacar en casos de que el niño se contagie con el virus. Al ser virus muertos o atenuados, no generan la enfermedad en sí.
¿Qué reacciones podría generar?
Estas reacciones deberían desaparecer sin necesidad de administrar algún tipo de tratamiento.
Si el niño fuera alérgico a algún componente de la vacuna, se notarán signos de que algo va mal generalmente en la primera media hora post administración. En caso de que el niño presente: Problemas respiratorios, palidez, mareos, hinchazón de cara o garganta, convulsiones, no dudes en llamar o acercarte a un centro de urgencia.
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